Ante este nuevo paradigma empresarial y social, los espacios inmobiliarios han tenido que adaptarse a la situación y a la demanda de sus usuarios ya que, tanto sus requisitos como sus intereses corporativos, se han transformado y muchas empresas se han visto obligadas a reinventar sus estrategias inmobiliarias corporativas y a rediseñar sus oficinas o sedes corporativas para adaptarlas al nuevo entorno laboral.
En estos momentos las organizaciones buscan nuevos espacios de oficinas para afrontar nuevas metodologías de trabajo, nuevos hábitos y estilos de vida frente a una nueva realidad. Ahora más que nunca, las empresas se están centrando en dos aspectos fundamentales: ESPACIOS y PERSONAS.
El peso de la balanza ha cambiado y el foco ya no está puesto en la cantidad de metros cuadrados que se ocupan, sino en los beneficios que el espacio aporta a las personas que trabajan en él, posicionando al empleado en el centro de su estrategia y buscando su bienestar por encima de todo lo demás.
Estamos viendo cómo a raíz de la pandemia, el bienestar del empleado ha tomado una relevancia vital, las empresas que consiguen que sus empleados se sientan felices, serán más productivas y con mayores posibilidades de atraer y retener talento.
Dado que el espacio de oficinas es una de las partes más importantes de las empresas, sus usuarios están buscando espacios de oficinas bien diseñados para fomentar la productividad, mejorar la creatividad y la colaboración e incrementar la satisfacción y reducir los niveles de estrés de sus empleados.
Ahora los inquilinos buscan oficinas más flexibles, ágiles y centradas en el bienestar, aspirando a conseguir espacios de trabajo que transmitan sensaciones positivas y en los que sucedan cosas, que sean humanos, cómodos, productivos, sociales, experienciales y sostenibles.
Está demostrado que los entornos de trabajo atractivos atraen talento y que el cambiante modelo de trabajo de las oficinas modernas de hoy, requiere un cambio de mentalidad y un escenario diferente al que era necesario en el pasado, exigiendo calidad y buscando entornos más colaborativos donde primen los espacios abiertos y zonas de ocio y relax que favorezcan el descanso, la creatividad y la socialización, tomando gran relevancia la incorporación de naturaleza, terrazas interiores y espacios al aire libre que aporten mejores sensaciones y ayuden a incrementar la felicidad de los empleados.
